Fuente/Fayer Wayer
Frente a una pandemia como la del Coronavirus COVID-19, si una persona presenta síntomas debe tomar las medidas necesarias para proteger su salud y evitar las propagación del virus, pero la realidad es que no todos tienen acceso a servicios médicos e, incluso, existen quienes no tienen la posibilidad de cumplir con los métodos básicos de protección.
Las campañas para enfrentar el COVID-19 están siendo intensas en todo el mundo. En la mayoría de los países afectados, las instituciones de salud han tomado medidas extraordinarias para detener la propagación del virus y atender a los pacientes más vulnerables. Pero existe una realidad contrastante: la de los campos de refugiados.
El profesor de ingeniería biomédica y salud internacional en la Universidad de Boston, Muhammad H. Zaman asegura que los refugiados serán quienes reciban lo peor de la pandemia debido a la absoluta ausencia de servicios de salud y condiciones sanitarias.
Mientras los gobiernos están promoviendo penetrantes campañas sobre el constante lavado de manos, evitar el contacto cercano entre personas y no acudir a lugares concurridos, los campos de refugiados, en su dinámica cotidiana, van en contra de estos consejos considerados efectivos para la contención del virus.
Debido a los conflictos armados y deplorables condiciones de vida, millones de personas en el mundo se ven obligadas a huir de sus hogares y “terminar viviendo en entornos estrechos con poco acceso a la atención médica. Las infecciones y las superbacterias prosperan en tales entornos, y los pacientes generalmente no pueden obtener antibióticos apropiados y de calidad”, afirma Zaman.
Aunque no se han confirmado casos de contagios en campos de refugiados, el especialista asegura que la enfermedad golpeará fuertemente a estas comunidades.
Esto se debe esencialmente a que estas personas no son ciudadanas de los países en los que se encuentran, de modo que los gobiernos no ofrecen su protección.
¿Cómo ayudar a los refugiados a enfrentar el coronavirus?
El investigador afirma que debe haber un proceso de aceptación y acción para ayudar a los refugiados y evitar una mayor expansión del virus.
Reconocimiento: “en asociación con las autoridades sanitarias locales, deben garantizar que se brinde información precisa y asesoramiento práctico a estas comunidades de manera clara, fácil de entender y transparente”.
Financiación nacional internacional: “creación de nuevas instalaciones de salud temporales cerca de los campamentos de refugiados, la creación de centros de detección y la movilización de trabajadores de salud adicionales”.
Generación de confianza: “las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud, las agencias regionales y las autoridades locales de salud deben generar confianza con las comunidades de refugiados en este momento. La investigación muestra que la confianza juega un papel central en la forma en que los refugiados (y otros grupos vulnerables) buscan atención médica”