Brandi Elliot, una madre de 33 años que ahogó a su hija de 7 años, ha sido reportada como herida al interior de una prisión en Carolina del Norte. Hasta el momento se desconoce su estado de salud, pero lo único verificado es que no fue atacada por otra reclusa, una de las primeras versiones apuntan a que la mujer se habría autolesionado durante su encierro. Ella trabajaba en un restaurante de comida rápida y no tenía antecedentes penales.
Durante una audiencia que tuvo Elliot posteriormente al asesinato, reveló que cuando su hija tenía dos años ella «se sentía mal por todo lo que tenía que pasar la menor». La madre lloró ante un juez al confesar que su esposo veterano vivía con una discapacidad y toda la responsabilidad caía sobre Brandi.
“Tuve depresión posparto y me dieron medicamentos para ello. No podía dormir bien”, declaró la mujer durante la audiencia, sin embargo, tanto los abogados como los fiscales se negaron a que la implicada tuviera una revisión médica
Aquel día que cometió el ahogamiento contra su hija los uniformados la cuestionaron y ella respondió que sus acciones responden a que la bebé «nunca la dejaba sola» y esa ocasión había sufrido de un mal día. Se espera que la mujer siga en prisión siendo candidata a una pena de muerte. Por su parte Jon Elliot ha pedido apoyo de la ciudadanía ya que él se está encargando de los gastos funerarios de la menor y únicamente recibe cada mes un apoyo gubernamental.