Fuente/Excelsior
Una exjueza del Tribunal Supremo asumió ayer como la primera presidenta en la historia de Grecia, casi dos meses después de que el Parlamento votó de forma abrumadora en favor de su elección.
La ceremonia de juramentación de Katerina Sakellaropoulou se celebró en un Parlamento casi vacío, como parte de las medidas implantadas para evitar la propagación del nuevo coronavirus. Sólo un puñado de legisladores y un número limitado de periodistas estuvieron presentes en el acto.
Recibió la presidencia de manos del veterano político conservador Prokopis Pavlopoulos para un mandato de cinco años.
En un breve discurso en el palacio presidencial, Sakellaropoulou habló de la batalla contra el coronavirus y la reciente crisis migratoria como los dos principales desafíos del país. Grecia debe seguir adhiriéndose a sus principios democráticos y al Estado de derecho, avanzando hacia “un futuro de prosperidad que tendrá espacio para todos nosotros”, dijo.
El primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, nominó a Sakellaropoulou como una candidata no partidista que tendría un amplio respaldo en todo el espectro político. Todos los partidos la respaldaron y Sakellaropoulou salió elegida para el cargo, que es en gran parte ceremonial, por 261 votos a favor, 33 en contra y seis abstenciones en enero. Sacó muchos más de los 200 votos que necesitaba.
Grecia tiene muy pocas mujeres en puestos alto nivel en política y Mitsotakis había sido criticado por elegir un gobierno formado casi íntegramente por hombres, que ocupan 17 de los 18 ministerios.
TRAYECTORIA
- Katerina Sakellaropoulou fue nombrada en 2015 vicepresidenta del Consejo de Estado.
- Encabezó desde 2018 el Consejo de Estado, el tribunal administrativo más alto del país.
- Nació en Salónica y estudió derecho en la Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas y una especialidad en la Universidad Panthéon-Assas.
- Tiene 64 años, es abogada, especialista en derecho medioambiental y se ha enfocado en la defensa de las libertadas civiles y los derechos de las minorías, así como los refugiados.