Para Ángelica Rodríguez, la política migratoria es un tema prioritario a la hora de depositar su voto en Estados Unidos este próximo 5 de noviembre como un asunto personal.
Su hermano fue deportado a México hace varios años, el país donde ambos nacieron y vivieron parte de su infancia, en lo que ella considera una situación “injusta”.
En una entrevista la mujer de 43 años señala que le gustaría que se regularizara a los más de 11 millones de indocumentados – para evitar una situación como la de su hermano-, a la vez que se restringiera la llegada de nuevos migrantes.
“Nos estamos superpoblando, cada vez viene más gente y tenemos que ayudar primero a los que ya están aquí y darles una mejor oportunidad”, apunta Rodríguez, quien dará su apoyo a la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris.
Frustrados ante la promesa fallida de una reforma migratoria -la última fue firmada por Ronald Reagan en 1986 -, latinos consultados en Texas que se identifican con ambos partidos ven con recelo el aumento en la llegada de nuevos grupos de migrantes a través de la frontera con México en los últimos tres años.
Las opiniones entre los hispanos en el estado sureño reflejan una tendencia nacional. Un 75 % de los latinos en todo el país ven la llegada de migrantes en la frontera sur como un “problema”, según el centro de investigaciones Pew.
Durante el mandato de Joe Biden, las autoridades han reportado más de dos millones de detenciones de migrantes en esa linde.
A la vez, tras la pandemia, el porcentaje de estadounidenses que desean limitar su llegada ha ido en aumento: de un 28 % en 2020 a un 55 % en 2024, de acuerdo con datos de la encuestadora Gallup publicados en julio.
¿Cómo se ve afectada la economía con la llegada de migrantes?
La mayoría de latinos en Texas señalan la gestión de la migración como una de sus prioridades a la hora de elegir candidato, superada solo por la inflación y el mercado laboral, según la firma UnidosUS.
Aunque la inflación se está ralentizando, el precio de los bienes y servicios ha aumentado cerca de un 23 % en comparación con 2019 y, según el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, los latinos y afroamericanos son los más afectados por este incremento a nivel nacional.
Para Rodríguez, existe incluso una relación directa entre la migración y su economía personal: “Veo que hay mucha gente que está cruzando y en cierta manera veo que reciben beneficios – como vivienda o subsidios de alimentos- que yo voy a tener que pagar con mis impuestos”.
En esto coinciden Emelia y Blas Muñiz, una pareja de mexicanos que viven desde hace más de 40 años en EE.UU. y que esta semana dieron su apoyo a Harris en votación anticipada.
“Todo está muy caro, las facturas, los impuestos. (…) Debe haber un control y no debemos exponernos a otras personas que vienen de otros países y que no tienen sus años como nosotros y les dan más ayudas que a nosotros”, recalca la mujer de 82 años.
La realidad es que tanto los indocumentados como quienes han solicitado asilo en EE.UU. no son aptos para recibir la mayoría de los beneficios públicos que ofrece el gobierno federal.
A su vez, diversos estudios señalan que los nuevos inmigrantes no solo contribuyen positivamente a la economía de EE.UU., sino que serán necesarios para aumentar la fuerza laboral y evitar la caída poblacional.