Desde hace varias semanas, el renombrado rapero y empresario Sean «Diddy» Combs, también conocido como «Puff Daddy», se encuentra enfrentando varios cargos que lo mantienen bajo custodia en Nueva York y ahora se dio a conocer una nueva y grave demanda que involucra a más de 120 personas, incluyendo varios menores de edad, quienes lo acusan de agresión sexual y otros delitos relacionados.
Como era de esperarse, la situación ha generado una ola de indignación a nivel internacional y ha puesto en el centro de atención una vez más las problemáticas de abuso y explotación sexual dentro de la industria del entretenimiento. De acuerdo con información de la agencia AP, un equipo de abogados con sede en Texas, liderado por el renombrado abogado Tony Buzbee, ha tomado la demanda colectiva, representando así a un grupo diverso de hombres y mujeres que aseguran haber sido víctimas de Combs a lo largo de los últimos 30 años.
En una conferencia de prensa realizada este martes 1 de octumbre, el abogado declaró que las y los demandantes, provenientes de más de 25 estados diferentes de Estados Unidos, presentarán una demanda colectiva que incluye múltiples cargos de abuso y agresión sexual. Entre los estados con más denuncias se destacan California, Nueva York, Georgia y Florida, epicentros del entretenimiento y la música en el país.
De la misma forma, el abogado reveló que algunas de las acusaciones más graves provienen de víctimas que, en el momento de los supuestos delitos, eran menores de edad, dato que por supuesto ha conmocionado a la opinión pública y ha elevado la gravedad de las acusaciones.https://d-21101082582480450796.ampproject.net/2409191841000/frame.html
De los 120 demandantes, 25 eran menores cuando ocurrieron los hechos […] nuestra víctima más joven tenía solo 9 años en el momento del abuso. También representamos a una persona que tenía 14 y otra que tenía 15 años en ese momento, explicó el abogado Tony Buzbee a medios internacionales.
Una de las características comunes en las acusaciones contra el rapero es el uso de drogas para incapacitar a las víctimas, pues varios testimonios sugieren que las víctimas fueron drogadas antes de ser abusadas, y se ha encontrado evidencia de que se utilizó tranquilizante para caballos, una sustancia peligrosa que puede causar pérdida del conocimiento. Y según expertos en toxicología consultados, el uso de drogas como ketamina o éxtasis en este tipo de situaciones es una estrategia común para reducir la resistencia de las víctimas, lo cual encaja con los relatos de muchos de los demandantes.
Es así como las fiestas organizadas por Combs, conocidas como «freak offs«, se han convertido en un elemento central de las denuncias ya que estas reuniones, según la fiscalía, involucraban encuentros sexuales forzados entre mujeres, trabajadores sexuales masculinos y otras personas presentes, y a menudo se caracterizaban por el uso descontrolado de sustancias ilegales. En uno de los casos más impactantes, Combs supuestamente pagó más de 46 mil dólares para cubrir los daños causados a una habitación de hotel en Manhattan después de una de estas fiestas, lo que subraya el nivel destrucción asociado con estos eventos.
Esta nueva demanda colectiva se suma a los problemas legales relacionados con el comportamiento del rapero, ya que en los últimos años, ha sido objeto de múltiples demandas por abuso sexual y violación, presentadas por diversas mujeres que afirman haber sido víctimas de sus agresiones.
A mediados de septiembre de este año, el rapero fue arrestado y acusado de tres cargos graves, incluyendo crimen organizado, tráfico sexual y trata de personas; estas acusaciones se derivaron de investigaciones de larga data y la creciente cantidad de denuncias en su contra. Su arresto marcó un punto de inflexión en su situación legal, pues hasta ese momento había negado todas las acusaciones en su contra, calificándolas de «falsas» y «fabricadas», sin embargo, tras su detención, han surgido nuevos casos que han ampliado el alcance de las investigaciones, lo que sugiere que la red de abusos podría ser mucho más extensa de lo que inicialmente se pensaba.
Por ello, Combs ha sido puesto bajo prisión preventiva a la espera de juicio, un fallo que refleja la seriedad de las acusaciones en su contra. La decisión del juez de mantenerlo en prisión hasta el juicio, sin posibilidad de fianza, subraya la gravedad de los delitos imputados y el temor de que pueda influir en los testigos o las pruebas si permanece en libertad.