La explotación laboral infantil en las cadenas de suministro global se extiende de forma “inquietante” a todas la regiones del mundo, un fenómeno que afecta a unos 160 millones de niños, con Asia como la mayor concentración regional, según el informe ‘Seat & Toil’ del Departamento de Trabajo de Estados Unidos .
Según el informe, el trabajo infantil en la extracción de oro es el que se desarrolla en un mayor número de países (26), seguido de la fabricación de ladrillos (18), labores en los campos de caña (18), cafetales (17) y tabaco (17).
En cuanto al trabajo infantil forzado, este afecta a casi 28 millones de niños, siendo los talleres textiles los que ocupan el primer lugar, con 10 países.
Le sigue el sector de la construcción (9 países), los algodonales (7) y la pesca (6), advierten los informes ‘2024: Lista de bienes producidos por trabajo infantil o trabajo forzado’ y ‘2023: Hallazgos de las peores formas de trabajo infantil’.
La última lista de artículos producidos mediante trabajo infantil o trabajo forzado incluye 204 bienes procedentes de 82 países que EE.UU. cree que se producen mediante trabajo infantil o trabajo forzado, en violación de las normas internacionales.
Esta edición incluye 72 adiciones, incluido un registro de 37 bienes que no estaban incluidos anteriormente, tales como azufaifo, plomo, níquel, cloruro de polivinilo y calamares, y elimina de la lista los arándanos argentinos, la sal camboyana, los camarones tailandeses y el espato flúor de Mongolia.
“Estos informes brindan una guía importante a medida que trabajamos para reducir estratégicamente a nivel mundial las prácticas atroces de trabajo infantil y trabajo forzado”, explicó la secretaria de Trabajo en funciones, Julie Su.
Reconoció que Estados Unidos “no es inmune” a estos abusos en medio de un aumento significativo del número de niños empleados ilegalmente en el país.
Subrayó que el Gobierno usará toda su fuerza para “exigir responsabilidades a los empleadores estadounidenses y trabajar con socios globales para erradicar el flagelo del trabajo infantil y forzado donde sea que exista”.
El informe también incluye varios estudios que rastrean bienes contaminados con trabajo forzado o infantil a través de complejas cadenas de suministro globales, como productos textiles de algodón de China y Vietnam, elaborados con algodón chino.
O productos azucareros vinculados al trabajo forzoso en la industria de la caña de azúcar en la República Dominicana, entre otros.