Osiel Cárdenas Guillen, narcotraficante mexicano que fundó el Cártel del Golfo y de Los Zetas, salió de una prisión de alta seguridad en Estados Unidos la mañana de este viernes 30 de agosto y fue entregado al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de dicho país (ICE).
Sin embargo, fuentes estadounidenses revelaron que el capo no será enviado de regreso a México, es decir, permanecerá en Estados Unidos.
Hasta el momento se desconocen los motivos por los que el exlíder de los Zetas no será deportado a suelo mexicano.
La salida de Cárdenas Guillén estaba programada para este viernes, cuando fue resguardado y escoltado hasta la puerta del centro penitenciario Terre Haute, en el estado de Indiana, donde estuvo recluído por 17 años.
El narcotraficante mexicano fue entregado afuncionarios de ICE, quienes lo trasladaron a un centro de procesamiento, donde se realiza el trámite para que permanezca en Estados Unidos indefinidamente.
Tras su liberación, el estatus legal de Cárdenas Guillén cambió a “desconocido”, según aparece en la base de datos de la Agencia Federal de Prisiones (BOP, por sus siglas en inglés).
¿Por qué EU liberó a la narcotraficante mexicano Osiel Cárdenas Guillén?
Osiel Cárdena, de 57 años, fue acusado por varios delitos relacionados con cargos del crimen organizado y tráfico de drogas en México y Estados Unidos.
“El Padrino”, como también se le conoce, fue arrestado en 2003 por tráfico de drogas, lavado de dinero y extorsión a agentes federales estadounidenses. Sin embargo, fue hasta el 17 de enero de 2007 cuando fue extraditado a Estados Unidos
Por dichas acusaciones, el capo, quien es originario de Matamoros, Tamaulipas, fue sentenciado a 25 años de prisión, pero debido a su buena conducta fue reducida su condena.
Osiel Cárdenas habría llegado a un acuerdo que le permitió evitar cadena perpetua y una sentencia de prisión de máxima seguridad a cambio de información sobre la estructura de los cárteles mexicanos.
Su libertad se da 21 años después de su captura por elementos del ejército mexicano.
Fuente: EL Financiero.