
Una protesta de cientos de personas contra la gentrificación y el turismo masivo que comenzó pacíficamente el viernes en barrios turísticos de Ciudad de México se tornó violenta cuando un pequeño número de personas destrozaron escaparates y acosaron a extranjeros.
Manifestantes enmascarados rompieron ventanales y saquearon negocios de lujo en los vecindarios de Condesa y Roma, gritándoles a turistas. Un grafiti sobre vidrios rotos a los que les arrojaban piedras decía: “Fuera de México”. Los inconformes llevaban carteles en los que se leía: “Gringos, dejen de robarnos la casa”, y exigían leyes para regular mejor los niveles de turismo y las viviendas.
Posteriormente protestaron frente a la Embajada de Estados Unidos y corearon consignas en el Metro. Refuerzos policiales se reunieron frente a la Embajada mientras que por la noche las sirenas de la policía resonaban en el centro de la ciudad.
Marcó un final violento para una marcha más pacífica a lo largo del día, en la cual se denunció a las masas de turistas estadunidenses que han inundado la capital de México en los últimos años.
La tensión había estado aumentando en la ciudad desde que «nómadas digitales» estadunidenses acudieron a Ciudad de México en 2020, muchos para escapar de los confinamientos por coronavirus en Estados Unidos o para aprovechar los alquileres más económicos en la ciudad latinoamericana.
Desde entonces, los alquileres se han disparado y las personas locales se han visto desplazadas cada vez más de sus barrios, particularmente en áreas como Condesa y Roma, zonas arboladas llenas de cafeterías y restaurantes.