
El Día Mundial de la Salud conmemora la fecha de 1948 en la que se creó la Organización Mundial de la Salud (OMS), agencia que desde la llegada de Donald Trump a la presidencia estadounidense ha advertido de los riesgos que las nuevas políticas de Washington entrañan para la situación sanitaria global.
La retirada de EE.UU. de la propia OMS, una de las primeras medidas tomadas por la Administración Trump, dejará a la organización sin su principal contribuyente, pero además la congelación de la ayuda humanitaria de Washington a través de organismos como USAID está causando ya estragos en la salud de muchos países.
“Los recortes drásticos en la asistencia oficial para el desarrollo por parte de Estados Unidos y otros están causando una gran perturbación en países, ONG y agencias de las Naciones Unidas, incluida la OMS”, reconocía recientemente el director general de la agencia, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Según la agencia, millones de vidas están en peligro por los recortes de EE.UU.: en el caso de la malaria, por ejemplo, si continúan las interrupciones, se podrían sufrir 15 millones de casos adicionales al año y 107 mil muertes, lo que supondría perder 15 años de progresos.
Respecto al VIH/sida, podría haber tres millones de muertes relacionadas más, el triple de las registradas el pasado año, y 10 millones de seropositivos más, regresando a números de hace unas dos décadas.
Similares riesgos existen en otros muchos aspectos: la lucha global contra la tuberculosis, contra la mortalidad de mujeres en embarazos y partos, las redes de vacunación contra enfermedades como el sarampión, la polio o la rubeola y muchos otros.