
En una operación de dos semanas llevada a cabo por la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en Houston, Texas, más de 170 inmigrantes mexicanos con historial delictivo fueron arrestados y posteriormente deportados a su país de origen.
Según informó ICE, entre los detenidos se encuentra un individuo que había sido expulsado de Estados Unidos en 39 ocasiones, además de otros con múltiples reingresos ilegales y condenas por delitos graves. Las autoridades señalaron que, en total, los deportados acumulan 610 cargos penales, entre los que destacan 146 casos por conducir bajo los efectos del alcohol.
Uno de los casos más llamativos es el de Julián Estrada-García, un mexicano que había ingresado ilegalmente al país en 39 oportunidades. Asimismo, ICE mencionó a otro hombre de 48 años, deportado 13 veces y con 25 cargos criminales, incluyendo siete relacionados con narcóticos.
El comunicado oficial también destacó la presencia de un mexicano de 50 años, supuestamente vinculado a la pandilla Florencia 13, aunque no se presentaron pruebas que respalden dicha afirmación. Este individuo había sido deportado en ocho ocasiones previas.
Entre los delitos más graves cometidos por el grupo figuran cuatro condenas por violación o agresión sexual y cinco por delitos sexuales contra menores. Además, se registraron 72 casos de agresión agravada, ocho incidentes de atropello y fuga, así como condenas por tráfico de personas y drogas.
Bret Bradford, director de la Oficina de Operaciones de Detención y Deportación de ICE en Houston, afirmó que esta acción es solo «una pequeña muestra» del esfuerzo de las autoridades para «mejorar la seguridad pública en el sureste de Texas» y cumplir con la política del presidente Donald Trump de «expulsar a criminales» del país.
La deportación masiva refleja la postura firme del gobierno estadounidense contra la migración irregular y la reincidencia de extranjeros con antecedentes penales. Sin embargo, organizaciones defensoras de derechos humanos han cuestionado la falta de transparencia en algunos casos, al no presentarse pruebas concretas sobre las acusaciones.