La familia de JoAnn Echelbarger, una anciana estadounidense que fue brutalmente atacada y asesinada por los perros pitbull de su vecino en octubre del año pasado, ha presentado una demanda contra los propietarios de los animales, el encargado de control canino del condado de Pickaway y la asociación de condominios Ashton.
Según el New York Post, la demanda alega que los perros, llamados Apollo y Echo, estaban bajo los efectos de la cocaína durante el ataque.
El incidente ocurrió mientras JoAnn, residente de Ohio, estaba trabajando en los jardines de las áreas comunes de su condominio, cuando los pitbulls, que estaban sueltos, la atacaron salvajemente.
Estudios patológicos citados por el Columbus Dispatch confirmaron que los perros tenían cocaína en su sistema al momento del ataque. Tras el incidente, las autoridades abatieron a los animales.
El esposo de JoAnn, Stanley, quien padece demencia y utiliza una silla de ruedas, fue testigo impotente del ataque. Según la demanda, Stanley vio cómo su esposa era «arañada durante un largo tiempo mientras gritaba por su vida». JoAnn falleció durante el tratamiento de sus heridas.
Los dueños de los perros, Adam Withers y su madre Susan Withers, fueron condenados en febrero por homicidio involuntario en relación con la muerte de Echelbarger. Semanas antes del ataque fatal, un juez había ordenado a los Withers retirar a los perros del condominio tras múltiples quejas y directivas de la asociación de propietarios, según informó NBC4.
Sin embargo, la madre y el hijo ignoraron la orden, y se les permitió mantener a los pitbulls en el lugar. La demanda también señala que Adam Withers se burló de la administración del edificio en redes sociales, afirmando que «los humanos son el problema».
La familia de JoAnn alega que los dueños de los perros, el encargado de control canino del condado y la asociación de condominios fueron negligentes al no actuar ante las numerosas señales de advertencia sobre el comportamiento de los Withers y sus animales.
Según la demanda, imágenes de cámaras corporales de la policía muestran a oficiales reaccionando a denuncias de que Echo y Apollo habían consumido cocaína proporcionada por Adam Withers semanas antes del incidente mortal. A pesar de esto, el encargado de control canino no intervino cuando los perros fueron devueltos a casa tras estar sueltos en el complejo.
La demanda por muerte injusta busca daños compensatorios superiores a $25,000 dólares (casi medio millón de pesos) y daños punitivos que se determinarán en el juicio, según informó People. Bill Rogers, hijo de JoAnn, calificó la respuesta de las autoridades como “imprudente”.
“Siento que estaban jugando con la vida de muchas personas ese día, y ella fue quien pagó el precio”. Por su parte, Earlene, hija de la víctima, expresó: “Ella no merecía esto. Fue torturada y sufrió. Esto no es lo que esperas que le pase a alguien que amas”, afirmó.
