
El vuelo se dirigía a Tijuana, con una escala planeada en Springfield para cargar combustible, según informaron las autoridades aéreas.
A bordo de la avioneta viajaban otras cuatro personas, quienes también eran de nacionalidad mexicana: dos de ellos médicos y los otros dos eran pilotos. Hasta ahora se desconocen las razones del incidente.
«No podemos confirmar ningún sobreviviente», dijo la compañía en un comunicado. «Nuestra preocupación inmediata es por la familia del paciente, nuestro personal, sus familias y otras víctimas que pueden haber resultado heridas en tierra».
El propietario del avión, Jet Rescue, proporciona servicios globales de ambulancia aérea. La empresa, con sede en México, estuvo involucrada en el transporte de pacientes gravemente enfermos de COVID-19.
El accidente ocurrió apenas dos días después del desastre aéreo más mortal en Estados Unidos en una generación. El miércoles por la noche, un avión de American Airlines que transportaba 60 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación chocó en el aire en Washington, DC, con un helicóptero del ejército que transportaba a tres soldados. No hubo sobrevivientes en ese accidente.