La obispa episcopaliana Mariann Edgar Budde, que pidió desde el púlpito al nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tener compasión con los migrantes y los niños trans, se reafirmó en sus palabras en varias entrevistas y aseguró que no piensa disculparse como le pidió el mandatario.
Budde, a la que algunos medios estadounidenses se refieren como “la obispa valiente” mientras Trump dijo que tiene “un tono desagradable” y “no es convincente ni inteligente”, habló con varios medios sobre la polémica con el presidente de Estados Unidos que ha captado la atención mediática.
“No siento que haya necesidad de disculparse por una solicitud de misericordia”, subrayó la obispa, quien negó ser “una radical de izquierda” que odia a Trump, como la definió el presidente, en una entrevista con la cadena pública de radio y televisión NPR.
El diario The New York Times le dedicó un artículo con el título de “La obispa que le suplicó a Trump: “¿Alguien iba a decir algo?”, que ensalza a Budde, de 65 años y primera mujer en llegar a ese cargo en su iglesia, por su postura frente al poder político.
Sin embargo, sí dijo lamentar que sus palabras en la catedral hayan “provocado el tipo de respuesta que ha provocado, en el sentido de que en realidad confirmó lo mismo de lo que estaba hablando antes, que es nuestra tendencia a indignarnos y no hablarnos unos a otros con respeto”.
“Para estar unidos como un país con tanta riqueza de diversidad, necesitamos misericordia, necesitamos compasión, necesitamos empatía”, agregó Budde, quien considera “peligroso hacer generalizaciones y, en particular, hablar de los inmigrantes como si todos fueran criminales o de los niños transgénero como si de alguna manera fuesen peligrosos”.