Un nuevo y feroz incendio forestal ha sumido a Los Ángeles en una crisis de emergencia, obligando a más de 50,000 personas a evacuar sus hogares, luego de tres semanas lidiando con las llamas que han destruido gran parte de la entidad.
El incendio Hughes, que se desató el miércoles por la mañana, se propagó rápidamente por las montañas al norte de la ciudad, arrasando con miles de acres de vegetación y generando columnas de humo que se podían ver a kilómetros de distancia.
Los bomberos luchan contra las llamas, pero las condiciones climáticas extremas, con vientos fuertes y baja humedad, dificultan sus esfuerzos. Un tramo de la Interestatal 5, una de las principales vías de comunicación de la región, fue cerrado como medida de precaución.
Los vientos en la zona tenían ráfagas de 67 kph por la tarde, pero se esperaba que aumentaran a 96 kph más tarde en la noche y el jueves, dijo el Servicio Meteorológico Nacional en la plataforma social X.