El diputado del Partido Acción Nacional (PAN), Gerardo Peña, expresó su preocupación por la crisis migratoria que afecta a las ciudades fronterizas de Tamaulipas y otras zonas del norte del país, haciendo un llamado urgente para encontrar soluciones eficaces que eviten que los migrantes sean alojados en condiciones precarias.
Peña destacó que este problema no es nuevo, ya que desde su anterior periodo como legislador federal ha señalado la necesidad de una respuesta más adecuada ante la expulsión de migrantes por parte de Estados Unidos.
En este sentido, hizo un llamado para que no se permita que los migrantes se queden hacinados en las ciudades fronterizas, como Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo, que ya enfrentan graves problemáticas derivadas del flujo migratorio, como la falta de recursos en los albergues y el incremento de la inseguridad.
El legislador explicó que, debido a la escasez de recursos, resulta inviable brindar atención digna tanto a los migrantes como a los ciudadanos locales.
«No hay dinero suficiente ni para atender a nuestros nacionales, mucho menos a los extranjeros», señaló Peña, aclarando que su postura no es discriminatoria, sino una llamada de atención a la urgente necesidad de priorizar el bienestar de los mexicanos.
En este sentido, Gerardo Peña subrayó que la solución debe ser un «puente aéreo o terrestre», dependiendo de los recursos disponibles, para facilitar el regreso de los migrantes a sus países de origen.
Esto evitaría que se queden hacinados en las ciudades fronterizas, lo cual ha generado problemas de salud, seguridad y, en muchos casos, ha convertido a los migrantes en blanco fácil para las organizaciones criminales, refirió.
«El dinero del crimen se convierte en una tentación para ellos, y muchos migrantes se ven enganchados en actividades ilícitas, lo que termina afectando la seguridad de los tamaulipecos y de todos los mexicanos», agregó Peña.
Insistió en que, si el gobierno mexicano decide recibir a los migrantes, debe asegurar que puedan ser trasladados de manera adecuada a sus países de origen, sin que se queden en condiciones precarias que solo agravan la situación de las ciudades fronterizas.