Los equipos de rescate reanudaron ayer la búsqueda de cuerpos en suburbios de Los Ángeles, ante el pronóstico de fuertes vientos que amenazan con reavivar los incendios.
En el séptimo día de esta catástrofe, que ha calcinado comunidades enteras de las afueras de la segunda ciudad más grande de Estados Unidos, empezaron a vislumbrarse los primeros indicios de vida normal, a pesar de que más de 90 mil personas siguen desalojadas.
Algunas escuelas volvieron a abrir sus puertas y los equipos de baloncesto de la ciudad, los Lakers y los Clippers, anunciaron que retoman la competición.
Con la previsión de que los fuertes vientos de Santa Ana, California, regresen hoy, las autoridades aseguraron que se preparan para nuevos desafíos.
“El Servicio Meteorológico Nacional prevé vientos huracanados, por lo que estamos haciendo preparativos urgentes”, alertó la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass.
Los reportes advierten de “un comportamiento extremo del fuego y condiciones que amenazan la vida” en los próximos días.
Decenas de personas han sido detenidas por robar en zonas bajo toque de queda nocturno, incluido un hombre disfrazado de bombero.