María Dolores Patrón, presidenta del colectivo Madres Buscadoras de Quintana Roo pasó cuatro años y medio buscando a su hija Francisca Mariner Flores, cuyo cuerpo estuvo todo este tiempo sin identificar en una morgue en Cancún.
“El cuerpo ya estaba allá, pero tampoco a ese cuerpo le habían realizado la prueba genética“, expresó Patrón este martes en una entrevista con EFE que ilustra la crisis forense en México, donde hay unos 52,000 cuerpos sin identificar, según ha reconocido el Gobierno.
Patrón explicó que ella sospechaba que su hija era una de las seis mujeres que estaban en calidad de desconocidas desde 2020 en la morgue de Cancún.
Sin ver las fotos del cuerpo que encontraron en julio de 2020, tan solo unos días después de su desaparición, tenía la corazonada de que la joven, asesinada de un balazo en la cabeza, calcinada y arrojada a un predio baldío, era su hija.
Recordó que insistió al entonces fiscal, Óscar Montes de Oca, que le realizaran pruebas genéticas al cuerpo, pero pasaron más de dos años, después de bloquear la zona hotelera de Cancún y presentar una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que se realizaron, aunque en un principio arrojó resultados negativos.
“Siempre me decían que ‘no todavía, no había y no había’, hasta que hace dos meses se me ocurre decirles que quería yo llevar a mi nieta, ya de tanto que estaba yo presionando y presionando a la Fiscalía aceptaron”, señaló.