Tan sólo unos meses después de que se detectara cocaína en los cuerpos de tiburones en las costas de América del Sur, una investigación ha encontrado fentanilo y otras drogas en docenas de delfines en el Golfo de México, lo que se suma a un creciente registro de productos farmacéuticos que se infiltran en nuestros ambientes marinos.
«Los productos farmacéuticos se han convertido en microcontaminantes emergentes y son una preocupación mundial creciente, ya que se ha informado de su presencia en ecosistemas de agua dulce, ríos y océanos de todo el mundo», advirtió la mamóloga Dara Orbach de la Universidad Texas A&M-Corpus Christi, una de las participantes en el estudio.
En 2020, los investigadores que analizaban rutinariamente los niveles hormonales en delfines comunes se sorprendieron al encontrar múltiples productos farmacéuticos en las muestras de tejido graso de los cetáceos. Desde entonces, la bióloga de TAMU-CC Anya Ocampos y sus colegas han analizado muestras de tejido de 89 delfines a través de un espectrómetro de masas para ver cuán extendida estaba esta contaminación.
Los investigadores encontraron fentanilo (un analgésico 100 veces más potente que la morfina) en 24 de las muestras, incluidas todas las muestras post mortem tomadas a los seis delfines que habían muerto. El sedante meprobamato y el relajante muscular esquelético carisoprodol también se encontraron en la grasa de los mamíferos marinos.
También se ha descubierto que más de una cuarta parte de los ríos de la Tierra contienen productos farmacéuticos en niveles superiores a los que se consideran seguros para los organismos acuáticos, y sus aguas contribuyen a las concentraciones de contaminantes en los ambientes marinos.
Se sabe que la exposición crónica a numerosos factores de estrés ambiental afecta el sistema inmunológico de los delfines y las ballenas, lo que puede afectar su salud, causar problemas en su reproducción o provocar la muerte.