Este martes, sin ningún aviso previo, miles de dispositivos beeper explotaron a lo largo de todo el territorio libanés y en algunas partes de Siria al mismo tiempo. Este tipo de gadgets se utilizan por lo general entre personal de salud, áreas industriales y de construcción para mantener comunicación rápida y breve, pero entre las víctimas hay personas de todas las edades y profesiones.
De acuerdo con las autoridades, la explosión mató al menos a nueve personas, aunque otros reportes indican que el número de víctimas es de 11. Entre los muertos se encuentra una niña, mientras que los heridos presentan afectaciones en alguna extremidad. 200 de ellos se encuentran en estado grave.
Mojtaba Amani, embajador de Irán en Líbano, también se encuentra entre los lesionados.
Los hechos ocasionaron que los servicios de emergencia de muchos hospitales se vieran saturados, motivo por el que el gobierno pidió a los demás centros de salud que se mantengan alerta, e hizo un llamado a los ciudadanos para donar sangre.
El gobierno libanés y el grupo Hezbolá responsabilizaron directamente a Israel, ya que se trató de un ataque sofisticado y planeado que requiere conocimientos para manipular los dispositivos a distancia.
“Tras examinar todos los hechos, datos actuales e información disponible sobre el malvado ataque ocurrido esta tarde, consideramos al enemigo israelí como completo responsable de esa agresión criminal que también tuvo como objetivo a civiles y que mató a varias personas”, detalló el grupo Hezbolá, mientras que el Ministerio de Exteriores de Líbano aseguró que se trató de un “ataque cibernético israelí, en el que han sido detonados un gran número de mensáfonos”.
Algunas fuentes señalan que la explosión masiva tenía como objetivo a los miembros de Hezbolá, que utilizaban los dispositivos al considerar que el uso de smartphonesrepresentaba un riesgo, ya que son más fáciles de rastrear y hackear. En contraste, los beepers resultan más difíciles de intervenir, ya que no utilizan internet.
En este sentido, algunas fuentes señalan que Líbano recibió recientemente un lote de este tipo de dispositivos, los cuales, señalan, pudieron haber sido intervenidos previos a su distribución.
Un informe de Al Jazeera detalló que los dispositivos estaban cargados con hasta 20 gramos de material explosivo, que reaccionó después de que el aparato se sobrecalentara. Esta versión concuerda con lo dicho por algunos de los sobrevivientes, que reportaron que sus beepers se sobrecalentaron antes de estallar.
Y aunque ni Israel ni su agencia de inteligencia –el Mossad– se han pronunciado al respecto, este tipo de ataques ya han sido usados anteriormente por el gobierno israelí. Tal es el caso de la explosión de teléfonos móviles pertenecientes al grupo palestino de resistencia Hamás.