Una mujer de Milwaukee que argumentó que legalmente se le permitía matar a un hombre porque la explotaba sexualmente fue sentenciada a 11 años de prisión después de declararse culpable de un cargo reducido de homicidio imprudencial.
Un juez del condado de Kenosha condenó a Chrystul Kizer a 11 años de reclusión inicial y a otros cinco años de supervisión extendida por la muerte de Randall Volar en 2018. Se le valieron 570 días de tiempo cumplido.
Kizer se había declarado culpable en mayo de homicidio imprudencial en segundo grado por la muerte de Volar, lo que le permitió evitar un juicio y una posible sentencia de cadena perpetua.
Los fiscales dijeron que Kizer le disparó a Volar dentro de su residencia de Kenosha cuando ella tenía 17 años, y posteriormente le prendió fuego a la vivienda y le robó su BMW. Kizer fue acusada de múltiples cargos, incluido homicidio intencional en primer grado, incendio provocado, robo de automóvil y de ser una delincuente convicta en posesión de un arma de fuego.