Seis presidentes de la República, dos fiscales generales y 6 fiscales especiales; más de 68 mil fojas de expediente, 1,993 declaraciones, 982 diligencias, 31 líneas de investigación, 15 homicidios relacionados con el caso… y desde hace 30 años México sigue sin saber quién ordenó el asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial del PRI en las elecciones de 1994.
La versión oficial del caso responsabiliza a un solo hombre, Mario Aburto Martínez, un joven de tan solo 23 años que fue detenido, acusado, procesado y sentenciado por el homicidio de Colosio como un supuesto “asesino solitario” que, durante tres décadas, ha servido de coartada para que no se investigue si hubo autores intelectuales del magnicidio, a pesar de las innumerables anomalías que hubo en la investigación desde las primeras diligencias.
Dos disparos, uno en la cabeza y otro en el abdomen de Colosio, proyectados mientras sonaba la canción La Culebra del grupo musical Banda Machos, acabaron con la vida del candidato presidencial.
Ya en la administración de Andrés Manuel López Obrador, la defensa de Aburto logró ganar un amparo para revocar la sentencia de 45 años de prisión que le impusieron, pero debido a que la Fiscalía General de la República (FGR) impugnó la resolución el caso sigue atorado en tribunales.
La Fiscalía también ha intentado revivir la hipótesis del segundo tirador en el homicidio de Colosio, pero debido a que un juez federal se negó a otorgar la orden de captura es que este asunto también está atorado. En tanto, la sociedad mexicana se sigue manteniendo en la incertidumbre sobre el caso.