TEXAS.- Alrededor de la medianoche, tres hombres encapuchados entraron en la celda de Jane Doe y la agredieron sexualmente, junto a otras dos mujeres.
Apenas unas horas después, las tres reclusas, heridas y aún conmocionadas por el ataque, fueron colocadas en un autobús y deportadas a México.
El abuso ocurrió en un centro de detención de Houston, Texas, mientras las víctimas estaban bajo la custodia de agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por su sigla en inglés).
La vejación de esta mexicana, quien resultó embarazada, está lejos de ser un caso aislado.
En los últimos seis años, más de 500 migrantes fueron abusadas sexualmente, y no en su camino a Estados Unidos, sino en centros de detención del ICE, donde se supone que deberían haber sido resguardadas. Aunque en menor medida, las autoridades carcelarias de ese país también han detectado abusos sexuales contra hombres.
Una investigación de MILENIO con base en informes, estadísticas y auditorías internas de la Oficina del Programa de Justicia y la Agencia de Inmigración revela que el peligro para los migrantes no termina cuando llegan a ese país, sino que también padecen ataques sexuales cuando se encuentran bajo custodia de las autoridades estadunidenses.
Las vejaciones ocurren con frecuencia en los dormitorios de los centros de detención, pero también en los autobuses que las trasladan a México. Aún así, pocos casos han llegado a los tribunales.
Diversas organizaciones de protección al migrante han denunciado que prevalece la impunidad: la condición de vulnerabilidad ha evitado que muchas personas interpongan quejas formales por temor a represalias.
Aunque las agresiones sexuales han ocurrido en al menos 76 centros de detención, asociaciones como Community Initiatives for Visiting Immigrants in Confinement (CIVIC) han documentado que la mayoría de los casos han ocurrido en el Centro de Detención de Jena en Louisiana, el Houston Contract Detention Facility de Texas, el Adelanto Correctional Facility de California, el Northwest Detention Center de Washington y el San Diego Contract Detention Facility de California.
Este diario tuvo acceso a 97 auditorías realizadas en las instalaciones de los centros de detención. El Departamento de Justicia encontró que entre 2017 y 2021 los abusos por parte de los agentes de ICE han sido constantes, registrándose incluso el embarazo de la mexicana que interpuso una denuncia por la agresión sufrida en Texas.
Las historias son brutales y revelan cómo algunos agentes de inmigración entran a las áreas donde están detenidas las migrantes y las obligan a despojarse de la ropa para realizarles supuestas revisiones. Posteriormente abusan de ellas.
Otros reportes dejan en evidencia que algunas reclusas padecieron vejaciones durante toda su estancia. Unas más, poco antes de dejar el centro de detención. También está el caso del agente migratorio de Florida que trasladó a una joven a su domicilio, la obligó a bajar y, al ingresar a su casa, la violó.
El Departamento de Justicia reveló en su último informe de abusos sexuales en prisiones norteamericanas que, desde hace seis años, han reportado abusos sexuales de 591 personas en sus centros de detención.
La cifra podría ser aún mayor debido a que durante la pandemia de covid-19 los conteos se realizaron de manera intermitente, refieren las demandas a las que tuvo acceso este diario.
FUENTE: MILENIO