Fernando Astaburuaga señaló que, a través del Banco de Alimentos, se han repartido despensas y comida elaborada hasta a 14 mil personas que viven en Tampico, Madero y Altamira
De acuerdo con estadísticas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, tan solo Tampico, Madero y Altamira concentran 129 mil 785 personas, es decir el 16% de la población, que no puede hacer tres comidas al día, por el nivel de pobreza que enfrentan.
Fernando Astaburuaga Pazzi, presidente del Consejo de Alimentos para la Caridad, AC, asociación que reparte despensas y comida elaborada a veces hasta a 14 mil personas, en 45 colonias de la zona sur y el norte deVeracruz, dependiendo de las donaciones, explicó que la pobreza alimentaria se agudizó durante la pandemia.
Son 45 puntos la mayor concentración de la pobreza en el sur de Tamaulipas. Por geografía, por los asentamientos naturales y la disponibilidad de terreno, en Altamira con la mayor concentración de personas con insuficiencia alimentaria, Madero en segundo lugar y Tampico en tercer lugar, porque Tampico tiene pobreza, pero es menor, también vamos a Congregación Anáhuac y Congregación Hidalgo tienen bastante pobreza”.
Explicó que durante los primeros meses de la pandemia de coronavirus, en el 2020, cuando se paralizaron las actividades económicas, el número de personas que solicitaban comida aumentó más del 30 por ciento, en ese momento comenzaron un proyecto para poder llevar alimento elaborado a las colonias, así las familias no tenían que gastar en preparar por lo menos una vez al día.
Así comenzaron a cocinar frijoles, un producto que tiene grandes cantidades de nutrientes y carbohidratos, pero que además se dona muy poco. Sin embargo, con los problemas económicos que llegaron ese año, también aparecieron una gran cantidad de empresas locales y foráneos interesadas en dar.
Los meses más difíciles fueron junio, julio y agosto cuando se repartían hasta 12 mil raciones diarias, en septiembre el banco de alimentos bajó a 6 mil las porciones, en diciembre ya solo se daban 4 mil, una porque era un gasto insostenible, y luego porque a partir de ese momento bajó la demanda, pues pese a los contagios la gente regresó a trabajar.
“Tengo videos de unas colas interminables de gente queriendo una taza de frijoles, sí aumentaron los interesados de obtener comida en más de 30%, llegábamos todos los días con 200 litros de frijol y si hubiéramos llevado 400 se acaban también”.
En total durante el 2020 se repartieron 100 toneladas de frijol cocido, lo que representó un gasto de más de 2 millones de pesos.
En la actualidad se sigue realizando la actividad tres veces por semana pero ahora entregando tres mil raciones.
Y la necesidad que hubo en el 2020 se ve reflejada en las estadísticas, pues ese año el 17% de la población de Tampico tenía problemas para conseguir comida, y para el siguiente año bajó al 13%, en Altamira llegó hasta el 25% y disminuyó al 19%, sin embargo Ciudad Madero es el único municipio del sur que reflejó un aumento pues del 15% pasó al 16 por ciento.
Factores
Son varias las situaciones que llevan a la pobreza alimentaria, indica Fernando Astaburuaga Pazzi, presidente del Consejo de Alimentos para la Caridad, no solo son factores económicos.
En su experiencia la desintegración familiar, es decir que se vaya papá o mamá, siempre provoca que las familias pasen de pobreza a pobreza extrema. Las más afectadas por esta situación son las mujeres.
El 90% de los hogares desintegrados que atiende la asociación son de madres con hijos.
Las adicciones también tienen mucho que ver, en la mayor parte de los hogares a los que se lleva ayuda por tener problemas para obtener su alimentación diaria, hay problemas de consumo de alcohol o drogas.
Fuente: Milenio