Matamoros, Tamaulipas.- Del Dulce Refugio Shelter ha saltado a la Liga Independiente, Cuarta Fuerza, el equipo de baloncesto “Refugiados Team”, integrado por migrantes haitianos, venezolanos y centroamericanos, que sueñan con llegar a Estados Unidos, pero antes, buscan ganar el campeonato de su categoría en Matamoros, Tamaulipas.
El orquestador de la idea, Samuel Isaí Reyna Ruiz, cuenta que colocó dos canastas en el patio del albergue, ubicado en la colonia México, y comenzaron a jugar “retas” hasta que se decidieron a competir contra los equipos locales en un torneo que tiene como sede el gimnasio de la Universidad Autónoma de Tamaulipas y, en ocasiones, la unidad deportiva conocida como “Canchas del Cambio” en esta ciudad.
La cancha local ya no es la misma con la participación de los basquetbolistas, la sorpresa de observar a los caribeños que sobresalen por su velocidad es inocultable, como también lo es el balance que proporcionan los originarios de Centroamérica y la estrategia de su entrenador de origen venezolano.
“De principio se sentía una tensión, no mala, algo único, es la primera vez que vienen a jugar personas así. Después conforme al juego nos fuimos ganando el respeto de la gente”, dice el director del sitio que actualmente presta asistencia a más de 200 solicitantes de asilo.
Con actitud
La migración está llena de simbolismos y el uniforme de “Refugiados Team”, obtenido mediante donaciones, no es la excepción: en su escudo, diseñado por ellos mismos, está un migrante caminando por el desierto con una mochila y frente a él unos zopilotes.
Esa imagen, que se ha repetido tanto en las noticias de la tragedia migratoria, está flanqueada por las banderas de los países involucrados en el fenómeno, en donde, por supuesto, también está México, y viene acompañada de su lema: “migrantes con actitud”
“Agilidad, destreza, desenvolvimiento, dinámica de grupo porque eso prevalece mucho y mucha habilidad. El baloncesto es un juego de equipo, no de una sola persona”, expresa el venezolano Juan Bautista Ruiz, quien dirige a los deportistas.
Cuando hay tiempo se “arman” las rutinas en el patio del refugio, aunque a veces es complicada la constancia en el entrenamiento porque varios integrantes trabajan para contar con recursos que les permitan solventar sus necesidades básicas.
A los enfrentamientos llegan como estrellas sin fronteras, Samuel Isaí los conduce en una vagoneta guinda del refugio hasta el centro deportivo para que los migrantes se desenvuelvan en puntos, rebotes y bloqueos.
Lebron James
en Matamoros
Cada pieza en “Refugiados Team” es esencial, pero en ese esquema sobresale Junior Elpenord, quien en Haití llegó a ser seleccionado y ahora es uno de los máximos anotadores en la Liga Independiente.
Por sus manos pasan la mayoría de los balones, se le ve saltando de ráfaga en ráfaga para tratar de encestar con el objetivo de que el equipo tenga el triunfo que le permita escalar en posiciones.
En ese juego de personalidades se encuentra el “Lebron James migrante”, personificado por el haitiano Lenos Dorvilien, recién llegado del sur con la mira en pisar territorio estadounidense.
“Para mí soy bueno porque todo el mundo me llama Lebron James. Mi sueño es llegar a Estados Unidos, pero (antes) seguiré jugando”, afirma el camiseta número 30.
“Refugiados Team” ha ganado 4 juegos y sufrido dos derrotas, mas su ánimo de seguir en la competencia es la extensión de lo que han recorrido para llegar a la frontera norte de México con la prioridad de alcanzar Estados Unidos, pero antes de que eso suceda, quedar campeones en el basquetbol local.
Por EnlaceMx