Matamoros, Tamaulipas.- En el primer cuadro de la ciudad retumbó una marcha con pasos de protesta: decenas de feministas -más que en otras ocasiones- se agolparon por las principales calles para dejar el eco de sus demandas en un martes poco común para esta ciudad fronteriza.
Antes de las 17:00 horas, mujeres, de todas las edades, también algunos hombres, se reunieron en el bordo del río Bravo, a unos metros de la Cruz del Migrante, para organizarse en carteles, voces y gritos, a la espera de salir como caudal a las vías de la localidad.
En cuestión de minutos, los murmullos del primer grupo se convirtió en un sonido más fuerte con la llegada de más integrantes del movimiento feminista que va en crecimiento ante el hartazgo ocasionado por la invisibilidad jurídica y social a la que se enfrentan.
Listas y conformadas en un largo brazo femenil salieron del margen del río hacia la calle González con la consigna en mayúsculas: “Nos queremos libres” y detrás cúmulos de demandas que resuellan desde hace años en la sociedad.
“Ni una más…”
El contingente se enfiló hacia la presidencia municipal, pero la clásica concentración en la Plaza Principal “Miguel Hidalgo” esta vez tuvo que esperar porque se dirigieron hacia la Guerrero para adentrarse en una zona inexplorada por el movimiento.
Una bandera con el símbolo del feminismo ondeaba en saludo a las torres de la Catedral de Matamoros y los monumentos del espacio público.
Varios ciudadanos observaron el acto, algunos captaron con su móvil las acciones, otros solo observaron inmóviles, mientras que unos daban su aprobación desde algún negocio o desde el auto sonando el claxon.
Las autoridades municipales, a través de Tránsito y Vialidad, cortaron la circulación de vehículos para evitar accidentes y que la conmemoración, arropada en el Día Internacional de la Mujer, finalizará en saldo blanco.
“Mujer escucha…”
Nadie se quedó atrás: las feministas arribaron a la calle 11 y después a la Terán para luego “subir” a la 10 y de esta manera alcanzar a rasgar el corazón de Matamoros: la mítica Plaza Allende.
La noche ya había envuelto la protesta cuando se desembocó en el lugar, a unos metros de la parroquia “Sagrado Corazón de Jesús” y cantinas que abrazan el sector.
En a mitad de plaza se formó un círculo y las expresiones no cesaron, tampoco los aplausos, ni los abrazos de emociones por el logro de resaltar lo que se exige y que constituye un derecho.
Al final, se vistió con cartelones al monumento de Venustiano Carranza para hacer entrar en razón al patriarcado, a la sociedad en general que: “calladita no me veo más bonita”.
Por EnlaceMx
