El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó ayer una orden en la que se compromete a proteger monumentos públicos, tras varias protestas en el país a partir del asesinato de George Floyd, a quien un policía le oprimió el cuello con la rodilla, pues en algunas ciudades los manifestantes han tirado y atacado estatuas y memoriales de figuras históricas.
«He tenido el privilegio de firmar una fuerte Orden Ejecutiva de protección de los Monumentos, Memoriales y Estatuas de Estados Unidos, y combatir la reciente violencia criminal. Largas penas de prisión por estos actos ilegales contra nuestro gran país», escribió en Twitter.
El mandatario estadunidense también anunció que no pasaría el fin de semana en su club de golf de Nueva Jersey para asegurarse de que se cumpla con la orden en Washington. «Iba a ir a Bedminster, Nueva Jersey, este fin de semana, pero quise quedarme en Washington, D.C. para asegurarme de que se cumpla la ley y el orden», añadió el presidente de Estados Unidos.
Los manifestantes derribaron en Washington una estatua del general confederado Albert Pike, mientras que esta semana otros intentos fracasaron al tratar de tirar una estatua del presidente Andrew Jackson, propietario de esclavos, cerca de la Casa Blanca. Aquellos que tiraron o dañaron monumentos «no buscan más que destruir alguna cosa que honre nuestro pasado y borrar de la mente del público cualquier sugerencia de nuestro pasado que pueda ser honrado», dijo la Casa Blanca.