Fuente/EXCELSIOR
Miles de personas se manifestaban hoy en París y varias ciudades francesas contra el racismo y la violencia policial, en un contexto de quejas de las propias fuerzas de seguridad que se declaran «abandonadas» por el gobierno.
Los miles de manifestantes se congregaron en la plaza de la República en París, inicialmente sin incidentes, aunque la tensión aumentó en la tarde del sábado, con lanzamiento de algunos gases lacrimógenos por la policía y esporádicamente de objetos y botellas de parte de algunos inconformes.
La manifestación fue convocada por el comité que lleva el nombre de Adama Traoré, un joven negro muerto en 2016 tras haber sido arrestado por los gendarmes en la región parisina.
También están previstas protestas en Marsella (sureste), Lyon (centro-este), Montpellier (sur), Nantes y Saint-Nazaire (oeste), así como en Estrasburgo (este) el domingo.
Assa Traoré, hermana del joven fallecido, instó a manifestarse para «denunciar la ausencia de justicia» y «la violencia social, racial, policial». Pidió además que fueran encausados los gendarmes implicados en la detención de su hermano Adama.
Desde hace varios días miles de personas han salido a las calles para denunciar la violencia policial y el racismo en Francia, en un movimiento alentado por la muerte en Estados Unidos de George Floyd, el afroestadounidense de 46 años que murió el 25 de mayo en Minneapolis, asfixiado por un policía blanco.
A petición del presidente francés, Emmanuel Macron, el ministro de Interior, Christophe Castaner, anunció el lunes medidas para mejorar la deontología de las fuerzas de seguridad, y suspender sistemáticamente a los agentes en caso de comportamiento o declaraciones racistas y prohibir el método de arresto llamado «de estrangulamiento».
Ante tales anuncios, los sindicatos policiales declararon que el ejecutivo «abandonó» a los policías. El viernes, agentes policiales de varias ciudades del país protestaron por esas declaraciones del ministro.
Macron prevé este domingo dar un mensaje a la nación televisado, en principio centrado en las medidas de salida de la epidemia del coronavirus, que será escrutado tanto por militantes antirracistas como por los policías que se declaran abandonados por el ejecutivo.