Fuente/RT
El exministro del Interior de España Jorge Fernández Díaz ha vuelto a ser noticia tres años y medio después de que dejara de formar parte del gobierno conservador de Mariano Rajoy, tras declarar que el papa Benedicto XVI de dijo: «El diablo quiere destruir a España».
En un video que circula por las redes y que parece una videollamada que ha tenido lugar en estas semanas de confinamiento, el exministro narra el contenido de un encuentro de 55 minutos que mantuvo con Benedicto XVI en 2015, cuando el primero era aún titular de Interior y el segundo ya era papa emérito.
Según narra Fernández Díaz, le trasladó los problemas que tenía España en aquel momento, refiriéndose especialmente a Cataluña, a lo que Benedicto XVI respondió que «el diablo quiere destruir España», y además le dijo por qué: «El diablo sabe los servicios prestados por España a la Iglesia de Cristo, conoce la misión de España, la evangelización de América por España, el papel de España durante la contrarreforma, la persecución religiosa de los años 30 del pasado siglo».
Así, según el político conservador, el papa emérito le confesó que «el diablo ataca más a los mejores y por eso ataca especialmente a España y la quiere destruir». Pero la conversación terminó con un mensaje de esperanza por parte del líder religioso: «No lo conseguirá, pero apliquen las cuatro herramientas necesarias para derrotar al diablo en esta batalla: la humildad, la oración, el sufrimiento y la devoción a la Santísima Virgen». Así que finalmente el exministro pudo tener consuelo: «Tenga confianza, el diablo no destruirá España», acabó diciéndole Benedicto XVI, siempre según la versión del político.
Esta nueva ‘revelación’ de Fernández Díaz ha recorrido este viernes las redes sociales, en publicaciones en las que muchos usuarios han querido recordar otras anécdotas anteriores de este peculiar político:
Es bien conocido que Fernández Díaz tiene unas férreas convicciones religiosas. En numerosas entrevistas habló de que tras ser un «católico no practicante» despertó en él su profunda fe católica a partir de un viaje oficial a Las Vegas en 1991, comenzando un viaje espiritual que culminó seis años después.
Durante su etapa de ministro dio buena cuenta de cuáles eran sus creencias. Así, condecoró en varias ocasiones a imágenes religiosas con distinciones destinadas a integrantes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, como a la virgen María Santísima del Amor (Málaga), a la que concedió la Medalla al Mérito Policial (la más alta condecoración policial en España), o a la Santísima Virgen de los Dolores de Archidona (también en Málaga) a la que otorgó la Cruz de Plata de la Guardia Civil.
También fueron muy comentadas sus declaraciones cuando contó que tenía un ángel de la guarda, que se llamaba Marcelo: «Me ayuda en pequeñas cosas, como aparcar el coche. Y también en las grandes, siempre ayuda», contó en diciembre de 2015 el político.
Igualmente sostuvo que la política es «un magnífico campo para el apostolado, la santificación y el servicio a los demás» y que «Dios está muy presente en el Congreso» porque es el «gran legislador del universo».
Ahora, el que fuera hombre de confianza del expresidente Mariano Rajoy, está en el foco de la actualidad por motivos que nada tienen que ver con la religión. Multitud de causas se están investigando en los juzgados para dilucidar si hubo una trama policial organizada bajo su mandato cuando era ministro de Interior para atacar a rivales políticos y para destruir pruebas de la presunta corrupción de su formación política, el Partido Popular.