La disputa de una pareja ahora separada por la custodia llegó a la Corte Suprema de Maine. Pero la pelea no es en torno a un niño sino una mascota.
El animalito en el centro de la enconada disputa no estuvo presente en la sala: no se puede entrar con perros al tribunal.
La mujer que reclama la custodia de Honey, la perra mezcla de labrador y boxer que compartía con su novio, pidió a la Corte Judicial Suprema que la declare dueña legítima y actualice la jurisprudencia en materia de la custodia de mascotas.
La apelación de Jessica Sardina, residente en Bangor, cuestiona la idea de que se debe tratar a las mascotas como simple propiedad cuando finaliza una relación. Dice que ella la cuidaba y que la perra “es lo más importante del mundo” para ella.
Se considera a las mascotas como propiedad en los 50 estados de Estados Unidos, y solo tres entidades, Alaska, Illinois y California, tienen leyes sobre la custodia cuando se disuelve un matrimonio. Ningún estado tiene leyes sobre la propiedad de mascotas cuando se separa una pareja que no está casada.
Un juez falló que el exnovio, Kelvin Liriano, es el dueño de Honey porque su firma aparece en los documentos de adopción.
Su abogado, Jonathan Hunter, dice que no hay un precedente legal para modificar el trato que reciben las mascotas desde hace siglos: el de propiedad.
Pero el abogado de Sardina, Gene Sullivan, dijo que ese juez se basó en una ley de propiedad anticuada.
La presidenta del alto tribunal, Leigh Saufley, dijo que entiende el aspecto emocional del caso, pero preguntó si los jueces hacen buen hizo de su tiempo cuando lo dedican a analizar casos de custodia de mascotas.
Sullivan dijo que vale la pena dedicarle tiempo.
“Esto no es una tostadora. Esto no es una licuadora. Es un animal vivo al que las dos partes, en particular mi clienta, le cobraron afecto”, dijo el abogado.
Con informacion de Vanguardia