El entrenador de ligas pequeñas César Hernández alias “El Volvo” y su pequeño hijo Santiago de un año, fueron despedidos por familiares y amigos en el campo de beisbol Beto Ávila, en la ciudad de Minatitlán, Veracruz.
Padre e hijo descansan en el mismo féretro blanco, mientras que en uno de color café fueron depositados los restos de la señora Irma Álvarez, madre de uno de los alumnos de César, Marcos Davis, quien se encuentra en el hospital debatiéndose entre la vida y la muerte.
El cortejo fúnebre salió de la funeraria Santa Cruz y tras él, un convoy de vehículos particulares donde viajaban familiares y amigos de los fallecidos. Una sola patrulla de la Policía Municipal los resguardó.
A la entrada de la iglesia Cristo Rey en la colonia Santa Clara, ambos ataúdes, los de César con su hijo Santiago y de la señora Irma, fueron puestos por algunos minutos, donde enseguida se les colocó playeras de beisbol con sus nombres encima.
Al concluir la misa, fueron trasladados al campo de beisbol Beto Ávila, donde los amigos de César cargaron su féretro hasta el centro del diamante.
César y su hijo dieron la carrera final por el diamante de beisbol, concluyendo con un «safe» cuando llegó al home acompañados de sus amigos de juego y los integrantes de las ligas menores.
Además, sus alumnos recitaron el juramento del beisbol que dicta: «creo en Dios, amo mi patria, jugaré limpio, respetaré sus leyes, me esforzaré por ganar, pero gane o pierda, siempre daré lo mejor que pueda».
Los cuerpos fueron enterrados en el panteón de la colonia Tacoteno de Minatitlán, en donde también se encontraban familiares y amigos de Julio César González Reyna conocido como «Becky Rin» en el ambiente LGBT y a quien han señalado las autoridades como la persona que los sicarios buscaban.
La noche del viernes 19 de abril un grupo armado irrumpió en una fiesta privada, donde asesinaron a 13 personas.
fuente: mediotiempo